Cucurbitáceas
(jorge etcheverry arcaya)
Dejemos que nuestros zarcillos invadan
todo hueco o rendija permisibles—que nuestra clase existencia sea la que cubra
todos esos promontorios y anfractuosidades—que nunca haya algo heterogéneo
entre nosotros—la igualdad eliminará la necesidad espejos
No, que nuestra amplia variedad dentro
de lo mismo, que nuestra inacabable reserva de matices se resuelva en la
diversificación de nuestro papel. Las más diversas instancias vitales se verán
beneficiadas y es a través de acciones
como ésta que se facilita el control y dominio sobre los otros
El diálogo de las formas de vida se
desarrolla desde las capas atmosféricas hasta la ínfima molécula al interior de
la probeta del científico, Qué, desde la grotesca forma del universo hasta el
nivel subatómico
II
Así como nos desvestimos en las
ventanas o nos tapamos de pies a cabeza
en los antros religiosos de la más variada arquitectura. Debemos abandonar el
traje ficticio de todas esas miradas ansiosas que se quisieran manos—que nos
desgarran la carne de los huesos casi. Mi abuela decía “la gordura es parte de
la hermosura”—dicen las niñas, y el diálogo esta vez podría haber sido ubicado
en café que me quedaba bastante cerca, que a ellos les quedaba lejos, pero que
debido a las sofisticaciones de una tecnología recién armada allí en la oficina
del lado con partes de hardware y logiciales provenientes de distantes
proveedores que se ignoran mutuamente
Eso les permitía que pudieran aislar y
amplificar ese hilo de los demás infinitos casi hilos de emisiones que cubren
toda, casi toda la ciudad, qué digo, el mundo entero—aunque en realidad estamos
mintiendo cuando personificamos, a lo mejor ahora hasta se trata de máquinas
--no dejemos que los delirios de
persecución, las paranoias, nos vayan comiendo el poco seso que nos va
quedando. La persecuta antaño se desplegaba cuando a veces en un café como este
y si se quiere exagerando un poco como jóvenes que ´éramos, casi muchachos, nos
dejábamos llevar por esas tantas posibilidades atroces, expresadas con un lenguaje
rápido, muy coloquial, muy urbano, que no obstante no lograba pro0porcionar
amparo contra los tentáculos, enredaderas o ramificaciones de un destino aciago
que se llevó a muchos de nosotros
III
No te detengas a pensar ni por un
momento. Ese invento de la Madre Naturaleza no te ha traído más que problemas,
sinsabores. Nuestros antepasados de colas prensiles se paseaban en la cúpula de
las forestas, calmos y gráciles. Seamos como águilas, mejor, como cualquier
cosa que se agota en la mirada que hace el inventario, en los músculos dóciles
y rápidos en el garre de la presa. Esta otra cosa que nos pusieron adentro de
la cabeza jode todo el asunto de la vida. Todo esto se puede concebir y de
hecho esto hacemos como una gigantesca planta—he oído o leído en alguna parte
que hay un árbol así, el más antiguo del mundo, que parece un bosque pero que
en realidad es el mismo árbol que echa brotes—sus ramificaciones en esta otra
metáfora si insinúan insidiosas y echan brotes incluso en las circunstancias
menos propicias, más desfavorables—la ductibilidad de los tejidos no deja de
asombrarnos
Soles rojos y negros se arremolinan
sobre nuestras cabezas y estómagos concretos. Un coro de voces femeninas se
alza desde los pantanos. Los ángeles abandonan sus nidos. En lo profundo de la
noche que nos ampara se incuba un dragón de fuego
Una bandada de murciélagos oscurece por
un momento la gestación de estas páginas. Una figura vagamente sacerdotal
avanza por una calle que brota desde el centro mismo de los sueños. Niñas jóvenes
danzan en círculo, palomas levantan el vuelo
Todos tenemos nuestras
historias
Problemas personales
Nacimos por ahí alguna vez
Tuvimos progenitores
La pasamos del uno
O como las verenjenas
Como se dice en Chile
Somos feos o bonitos
Mal que mal a todos
Nos han pasado cosas muy
interesantes
Y otras muy fomes
Algunos tuvimos que salir
abriendo
De nuestro dulce país natal
Para venir a pasar
pellejerías
En una tierra extraña
Aunque a la postre nos haya
ido de lo más bien
Entonces, no me encebollen
los versos
O sí estamos enfermos
O nos vamos a morir
Poetas
No
nos pongamos alharacos
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